miércoles, 31 de octubre de 2012

                                "DECÁLOGO DEL LECTOR" 



 TEXTO: DANIEL PENNAC

                             ILUSTRACIONES: QUENTIN BLAKE




                                           














jueves, 25 de octubre de 2012

LA CASA DE LA VIDA por Emilia Oliva

LA CASA DE LA VIDA
                                       por Emilia Oliva
Junto con el mensaje difundido a nivel nacional por la asociación "Amigos del Libro Infantil y Juvenil"que podéis leer en la entrada previa, incluimos también el mensaje escrito por la autora extremeña Emilia Oliva.
Ha sido leído en el acto que ha conmemorado este día y que se ha celebrado en la localidad cacereñade Guadalupe.






Hace mucho, mucho tiempo, cuando las palabras encontraron el camino de la piedra, del barro y la ceniza, los hombres comenzaron a escribir los símbolos que identificaban a aquellos que admiraban: el rey, el guerrero.

El ritual mágico de la curación de los cuerpos se envolvía en conjuros, letanías de palabras sin sentido, que por ser sagradas, encontraron rápidamente el camino del templo.

El saber, recogido en tablillas de barro, de cera, de madera o de piedra, pertenecía a los dioses y se almacenaban en lo más profundo.

Tuvieron que pasar varios siglos para que las palabras que nacían de la boca y se engarzaban en historias en labios de los más sabios, por viejos, empezaron a reptar como huellas de animales invisibles en la seda, la madera, el papiro o la piel de becerros no nacidos.

Aunque fue la antigua Grecia la que sacó el saber de los templos y puso los libros enrollados al alcance de todos los que aprendían a leer fundando las primeras bibliotecas públicas, me gusta volver a la magia que evoca el antiguo Egipto. La escritura, que era el saber de unos pocos, los Escribas, ya empezó a almacenarse en el interior del templo con dos funciones diferenciadas: por un lado, la custodia y conservación de los papiros se realizaba en lo que los egipcios denominaron, con palabras certeras, la Casa de los Libros.

En el mismo lugar del templo, y con vocación sagrada, restringida, los Escribas, leían, copiaban, descifraban e interpretaban esos mismos papiros. Esa función se realizaba en un espacio que llamaron, con mucho tino, la Casa de la Vida. De algún modo, el lector-escriba daba vida a los papiros enrollados haciendo volar los signos que dibujaban el mundo para aprehenderlo.

Esa capacidad de dar cuerpo, de dar el ser de las palabras, no nos ha abandonado del todo. Antes de ser, cada uno de nosotros, somos primero las palabras que nos anticipan: “Será alto, guapo y con los ojos azules”, decía la voz en off de un anuncio de gel de baño, en la televisión, hace unos años, mientras asistíamos a una ducha placentera, soñadora, sosegada de una embarazada. Se llamará Nasia, Salma, Steven... nombran los padres a sus hijos antes de saber siquiera, si ese ser que ha empezado a latir en el vientre de la madre, llegará a término.

Todo el mundo de palabras nos dan forma y preparan el camino que hemos de recorrer. “ Sana, sana/ culo de rana,/ si no sana hoy/ sanará mañana”, invocamos el conjuro, las palabras mágicas, ante el desconsolado llanto del pequeño que se ha golpeado, herido, y le calmamos , como los antiguos chamanes, sacerdotes o magos cuyo poder les venía de Dios y les hacía poseedores de un saber cifrado en palabras incomprensibles.

No puedo encontrar mejor definición para nuestras bibliotecas que aquella que ya les dieron, en sus orígenes, los antiguos egipcios: La Casa de la Vida. Maravillosos secretos y misterios se encierran en los libros.

La voz de los muertos emerge en las palabras leídas con la misma frescura con la que las escribieron cuando estaban vivos. Este diálogo más allá de la muerte, tan buscado por los reyes egipcios, no podían sino guardarlo, con celo, en las secretas bibliotecas donde trabajaban, con dedicación exclusiva, los Escribas. Los libros, con las hojas cerradas, posados en los estantes, no son sino mariposas que esperan pacientes el momento de elevar el vuelo y desplegar, en la magia de sus alas, la cartografía de todos los mundos posibles. Hoy, los libros mariposa están en plena metamorfosis, convertidos en gusanos de luz, centellean palabras en pantallas luminosas.

Bienvenidos a la Casa de la Vida, que no es otra que la Casa del Espíritu.

Emilia Oliva

24 de Octubre de 2012. Día Internacional de la Biblioteca.

Día de la Biblioteca 2012-

Cartel conmemorativo del Día de la Biblioteca de este año, realizado por Juan Ramón Alonso

 

LA BIBLIOTECA: UN JARDÍN QUE HEMOS DE CUIDAR JUNTOS.

MENSAJE DEL DÍA DE LA BIBLIOTECA
 ¡¡LÉESELO A TUS LECTORES!!

¡Venid, venid todos! Bebés y niños, chicos y chicas, jóvenes y adultos de todos los orígenes, de todas las edades y de toda condición. ¡Venid a la Biblioteca! Entrad en este inmenso y hermoso jardín, multicolor y polifónico, donde crecen las más hermosas flores de la cultura humana: todo lo que sabemos y todo lo que imaginamos los seres humanos, las crónicas y los sueños, las batallas y los carnavales, las fiestas y los duelos... todo está aquí recogido y bien clasificado en sus estanterías, accesibles para que vosotros disfrutéis del placer de la lectura.

Entrad con alegría pero con respeto. Recorred sus amplias avenidas con ricas arboledas, sus acogedores senderos bordeados de exuberantes rosaledas con las más hermosas rosas, deambulad por las pequeñas veredas que os llevarán a escondidos rincones donde crecen plantas raras pero de deliciosas flores. Os encontraréis allí con otras muchas personas amigas que, como vosotros, disfrutan de las bellas palabras, de las sugerentes imágenes, de los evocadores sonidos.

Entrad y valorad el trabajo de estos jardineros esforzados, hombres y mujeres responsables de la Biblioteca: ellos riegan la sabiduría de lo sembrado en sus estantes, podan con cuidado las horas de silencio, remueven la tierra del pensamiento con recomendaciones y propuestas, abonan la imaginación con actividades inesperadas... y siempre, siempre, están ahí, bajo el sol abrasador y bajo la lluvia, esperando que las palabras florezcan, y que nosotros seamos portadores de las semillas que aventan cada día las páginas de los libros que atesora su biblioteca.

Aprended de ellos el amor por los libros y montad en vuestra casa vuestra propia biblioteca: por muy pequeña y modesta que sea será vuestro jardín y os llenará de olores, de sugerencias, de ideas,de sensaciones, que os harán sentiros llenos de gratitud, cercanos a esas personas, escritores e ilustradores, que contaron bellas historias para vosotros, de creadores que os hablaron de su mundo, de todos los mundos, para que vosotros os atreváis a mirar todos los horizontes y, al hacerlo, también os atreváis a mirar dentro de vosotros mismos para buscar vuestros más íntimos sentimientos, vuestros valores más auténticos.

Venid hoy y venid todos los días que os sea posible a este hermoso jardín siempre florido, siempre acogedor, siempre pleno de sabiduría, de placer, de solidaridad, de respeto, de belleza...
 
José María Gutiérrez de la Torre
Presidente de la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil